Soy Lana Védas.

He cumplido 50 años en 2022.

Mantengo mi condición física, la flexibilidad desarrollada y el tono muscular practicando y siguiendo el método creado por mí.

Lo llamé el CRONOBIOYOGA.

No hago ningún otro tipo de deporte.

Hablo de esto porque QUIERO DISIPAR el CONCEPTO ERRÓNEO que tiene mucha gente que piensa que haciendo SOLO YOGA NO se puede tener un CUERPO FUERTE.

Por otra parte, el CRONOBIOYOGA ME AYUDA en mi día a día a CONSERVAR el EQUILIBRIO DEL SISTEMA NERVIOSO, especialmente en momentos difíciles.

Puedo decir que el destino (o la providencia, el karma), debería haberme llevado al yoga en cualquier caso.

Desde niña, que yo recuerde, me gustaba hacer ejercicios parecidos a los asanas del yoga.

Además, recuerdo muy bien que los hacía en “modo estático”, deteniéndose en estas poses por un tiempo.

Luego, al crecer, los estudios y otros intereses de la adolescencia me distrajeron de tales experimentos.

Descubrí el yoga más tarde, cuando…

A los 19 años comencé a pensar en mi salud.

Mejor dicho, mi dolor de espalda me hizo pensar en ello.
Físicamente, yo era muy fuerte.

En ese momento había estado entrenando regularmente durante 6 años en el equipo de esquí juvenil del colegio donde estudiaba.

Imagínate una chica de 19 años con músculos muy fuertes, pero con una ausencia casi total de flexibilidad y con una espalda encorvada.

Semejante a aquellas espaldas las que se pueden observar en los deportistas profesionales de esquí de fondo.

Fue entonces, a los 19 años, cuando por primera vez sentí que mi cuerpo reaccionaba de una manera diferente a cualquier actividad física:

×Ya sea el ejercicio o largas horas de lecciones en las aulas de universidad o paseos con amigos, etc.

×MI ESPALDA se cansaba rápidamente y EMPEZABA A DOLER.

×​Entonces, por primera vez en mi vida sentí que no era eterna.

Este DOLOR DE ESPALDA por primera vez me llevó a la pregunta:

u

¿ Cómo puedo prolongar mi vida y mantener una buena salud por el mayor tiempo posible ?

Desde que tengo memoria, siempre me gustaba…

sentir mi cuerpo fuerte y enérgico.

Y este RECHAZO INTERIOR a las ENFERMEDADES y DEBILIDADES me empujó a una búsqueda que finalmente llenó y aún llena de significado mi vida.

Por un lado, tuve mucha suerte…

Porque generalmente las personas a una edad tan temprana no piensan en la longevidad.

Es decir, comencé a experimentar cuando mi cuerpo, siendo bastante fuerte y resistente, pudo aguantar muchos procedimientos destructivos por los que pasé durante mi búsqueda.

Y ahora comprendo mejor que nunca que si hubiera comenzado a “sanarme activamente” más tarde a los 25-30 años, no me hubiera salido de estos experimentos tan fácilmente.

El primer año fue el más extremo.

Probé una multitud inmensa de métodos

que consideraba como “sanación intensiva”:

×Artes marciales con entrenamientos duros de 2-3 horas.

×Rociarme con agua helada.

×​Ayunar.

×​Dietas extremas.

×Recetas de “purificación”.

×Etc.

Seguí el camino de la mayoría.

Buscaba una forma rápida.

ENTONCES PENSABA COMO MUCHOS:

«Cuanto más tiempo pase hambre, más me limpiaré. Cuanto más difícil es un ejercicio, más saludable es. Cuanto más extremo sea el procedimiento, más rápido funcionará».

Pero resultó ser, como debería haber sucedido, todo lo contrario.

Al final, mi insistencia en la práctica de yoga «acrobático»
me llevó a una lesión grave en la columna lumbar.

Fue entonces cuando me di cuenta de que seguir adelante “a fuerza” trae malas consecuencias.

Otra vez tuve muchísima suerte de no hacerme una hernia.

En las inclinaciones profundas hacia adelante, tuve esguince lumbar, un traumatismo de los ligamentos y tendones intervertebrales.

Durante los 2 meses posteriores tuve que olvidarme no solo del yoga, sino también de los movimientos activos habituales.

ME DOLÍA SIEMPRE.

No podía permanecer erguida mucho tiempo, ni sentarme, ni acostarme.

Esos dos meses de dolor constante fueron cruciales. Y lo agradezco al destino, porque justo entonces comencé a pensar que estaba haciendo algo mal.

MI CUERPO PROTESTABA.

Cuando volví a practicar yoga, simplemente no podía realizar ninguna postura extrema «acrobática». La espalda inmediatamente comenzaba a dolerme de nuevo.

En el mismo año (1992), sucedió otro evento en mi vida
por el que admiro mi destino.

Gracias a mis contactos universitarios, comencé a participar en unos trabajos científicos muy interesantes.

Se llevaron a cabo en el centro “El Pronóstico”, creado a base de uno de los hospitales urbanos de San Petersburgo.

Allí investigamos la influencia de los factores externos ambientales sobre el cuerpo humano y los biorritmos.

Y entre otros, los factores astronómicos asociados con las órbitas de Tierra y Luna.

Fui una de los estudiantes entusiastas.

Trabajamos en comunicación estrecha con la élite de los cerebros de la ciencia.

Con los profesores universitarios de fama mundial.

Conocí personas tan singulares como, por ejemplo, uno de los más grandes matemáticos del siglo XX, Vladimir Vladimirovich Zubov.

Algunos de sus descubrimientos relacionados con los cohetes espaciales todavía pertenecen a información secreta.

Y sus obras, que quedaron inconclusas, aún no pueden terminarlas ninguno de los matemáticos de la actualidad.

Todo esto me parecía un milagro.

Yo estudiaba en la Universidad, trabajaba y me comunicaba con las personas a quien les fascinaba el proceso de aprendizaje igual o más que a mi.

El sentido de sus vidas consistía en adquirir conocimiento.

A ellos, tanto como a mí o más, LES RESULTABA TAN INTERESANTE VIVIR QUE QUERÍAN PROLONGAR ESTE PROCESO.

La duración de la vida humana
fue el objetivo final de estas investigaciones.

Ahora comprendo, que la lección más importante de todos estos años fue confiar y creer en mi propia fuerza.

Confiar en mi intuición.

Ser capaz de «distinguir los diamantes de numerosas piezas de vidrio», como solía decir uno de mis profesores.

Empezar a pensar de forma diferente a los demás.

No seguir los dogmas que todo el mundo sigue.

Elegir sólo aquello que funciona en la vida real.

Estos años son el fundamento de mi investigación posterior que duró casi 30 años.

Me llevaron a crear un MÉTODO UNIFICADO que PERMITE MEJORAR y CONSERVAR la SALUD.

Y alcanzar una edad avanzada SIN PERDER el EQUILIBRIO SANO en el cuerpo.

Lo llamé CRONOBIOYOGA.

Estas fotos fueron tomadas cuando yo acababa de cumplir 50 años.

A pesar de la edad y lesiones
(sufrí 2 accidentes en mi vida)
ME SIENTO JOVEN y FUERTE.

Además, adquirí otra experiencia invaluable.

Trabajé en una clínica de fisioterapia y osteopatía durante 13 años.

Allí es donde me convencí definitivamente que el método de Cronobioyoga ayuda a personas de diferentes edades y con diferentes diagnósticos a RECUPERAR su CUERPO ENÉRGICO.

¿Qué podría ser más emocionante?

Ver como mis alumnos son más felices cuando la DEBILIDAD y las DOLENCIAS DESAPARECEN.

CURRICULUM de Lana Védas

1990 – 1991 – Primer curso de Universidad de las Tecnologías Químicas (San-Petersburgo)

1991 – 1996 – La Universidad de las Ciencias Medioambientales. Facultad de “ingeniería medioambiental” (San-Petersburgo).

1996 – 1998 – Posgrado en la Universidad de las Ciencias Medioambientales en la facultad de “ingeniería medioambiental”. Varias publicaciones en fuentes científicos sobre los métodos y resultados de la elaboración estadística de las mediciones meteorológicas. (San-Petersburgo)

1991 – Practicante y alumna de escuela Raja-Yoga (yoga de meditación). Prácticas de meditación, concentración, mantras y mudras.

1991 – 1994 – Practicante y alumna de escuela Yoga Iyengar. Niveles – Principiante, Intermedio, Avanzado.

1992 – 1994 – La Universidad UNESCO. Facultad de “psicologia analítica”.  Especialidad «psicologo analitico».(St,-Petersburgo)

1993 – 1994 – Cursos de cronobiología, dietética y fitoterápia en el centro médico-diagnóstico “EL PROGNÓSTICO” (St,-Petersburgo)

1992 – 1996 – Participación en múltiples investigaciones sobre la influencia de los factores externos en el organismo humano (centro médico-diagnóstico “EL PROGNÓSTICO” (St,-Petersburgo)

1994 – 1997 – Consultora de cronobiología, dietética y fitoterapia en el centro médico-diagnóstico “EL PROGNÓSTICO” (St,-Petersburgo)

1994 – 1995 – Practicante y alumna de escuela Ashtanga Vinyasa Yoga.

1994 – 1997 – Curso de Yoga para los profesores en el departamento de rehabilitación de la Clínica Urbana de St.Petersburgo.

1995 – Seminario para los profesores y practicantes avanzados impartido por maestro Sricharan Faeq Biria (discípulo directo de B.K.S.Iyengar) en Moscú.

1996 – Cursos intensivos de acupuntura y reflexología humana en el centro médico-diagnóstico “EL PROGNÓSTICO” (St,-Petersburgo)

1997 – Título de profesora de Yoga otorgado por el departamento de rehabilitación de la Clínica Urbana de St.Petersburgo.

1997 – 2001 – Profesora de “Hatha-Yoga para mujeres” en el departamento de rehabilitación de la Clínica Urbana de St.Petersburgo.

1999 – Curso Meditación Vipassana. Moscú.

2002 – 2006 – Profesora de Yoga en Alicante (centros: “El Corazón Verde”, “Centro de belleza y salud integral Rosa Beneyto Reina”, academia de estética “Galera”)

2003 – Seminario para los profesores y practicantes avanzados impartido por maestro Bal Mukund Singh (discípulo directo de Dhirendra Brahmachari) en St.-Petersburgo.

2006 – 2019 – Profesora de Yoga en la clínica de fisioterapia y osteopatía “NaturOla” (Alicante, Playa San Juan)

2017 hasta la actualidad – Fundadora y directora de la escuela presencial y on-line de Cronobioyoga.

Lana Védas.
Creadora Método on-line
de CRONOBIOYOGA.

Recorrí mi camino lleno de errores y decepciones.

Resolví multitud de “rompecabezas” y encontré muchas respuestas.

Ahora puedo compartir contigo mis conocimientos y experiencia.

¿Me cuentas tu historia?

Quizás, puedo ayudarte: