
Por segunda vez en mi vida, tuve una experiencia maravillosa y muy enriquecedora.
Me ofrecieron hablar sobre el yoga en el grupo del cole de mi hijo, para los niños que cumplieron 8-9 años.
Ellos ya habían comenzado a estudiar la anatomía del cuerpo humano, por lo que decidimos con la profesora que el tema del taller sería «Cómo el yoga ayuda a mejorar nuestro bienestar diario».
Preparé un video de introducción para que la información fuera lo más clara posible.
Vuelvo a mencionar, que esta fue mi segunda experiencia de enseñanza de yoga a los niños.
La primera vez fue cuando mi hijo y sus compis tenían tan solo 4-5 años, les conté un cuento de yoga.
Publiqué este cuento aquí:
Yoga Cuento para niños. Como el Principito salva a su amiga Rosi.
Esta vez los niños eran mucho más mayores y no quería subestimar sus habilidades mentales.
Incluí información bastante seria en el video, así que estaba un poco preocupada por si les resultaba interesante y por si entendieran la esencia de lo que quería transmitirles.
Pues, resulta, que de los 27 niños, aproximadamente la mitad miraba y escuchaba con gran atención.
El resto se distraía en los momentos informativos complejos, pero regresaba su atención cuando aparecían en la pantalla las imágenes más familiares para ellos, con dibujos animados.
Cuando se acabó el video, comencé a hacerles preguntas.
Y, para mi sorpresa, la mayoría comprendió y retuvo bastante bien la información.
En realidad, esa experiencia resultó ser similar a la comunicación con adultos.
Algunos estaban muy interesados en lo que les estaba diciendo y otros no mucho.
Dejo aquí una versión extendida de este video para niños a partir de los 8 años.
Es más largo.
Por eso, lo dividí en 5 partes.
Si lo vas a ver junto con tus hij@s, te recomiendo verlo por partes.
Mientras realizaban los asanas de yoga, tenían que determinar en qué parte del cuerpo se sentía más TENSIÓN MUSCULAR o PRESIÓN INTERNA.
Lo que lograron con éxito quienes observaron y escucharon mi vídeo con atención.
Tengo que decir que esta parte práctica me resultó ser la más difícil en términos de control de situación.
Porque los niños estaban muy emocionados ejecutando los asanas de yoga.
Comentaban todo lo que hacían entre ellos y por lo tanto se distraían.
Como no, quiero darle las gracias a la profesora de mi hijo por su ayuda constante en mantener el orden y «devolver» la atención de mi público inquieto.
Debo admitir que su trabajo requiere un tremendo control interno.
Y ole-ole-ole a su calma interior y serenidad.
No todos pueden controlar ¡¡¡ SIN GRITOS !!! las emociones de más de 27 niños rebolicados.
Después de la parte práctica de ejercicios, pasamos a la RELAJACIÓN.
Al principio, realmente dudaba del éxito de mi plan.
Los niños estaban muy emocionados y excitados después de los asanas.
Y aquí, en la práctica, pude aplicar mis conocimientos sobre hipnosis que adquirí hace años durante mis estudios de psicología analítica.
También resultó muy útil el tono «relajante» de mi voz, la habilidad entrenada durante años de enseñanza de yoga.
Por lo tanto, puedo decir con toda la seguridad a los profesores de yoga recién iniciados:
«No subestiméis NUNCA ningún detalle sensorial en el ambiente de vuestra clase. Por muy insignificante que os parezca.»
Todo funcionó muy bien, incluso con un público tan agitado como los niños de 8-9 años entusiasmados con la actividad física anterior.
Les dije que se tumbasen en las colchonetas, puse música relajante y les pedí que cerrasen los ojos.
Y nuevamente, el grupo se dividió en aquellos que me hicieron caso y otros que seguían observándome fijamente.
El método clásico de hipnosis relajante actuó a la perfección sobre la segunda parte más desconfiada del auditorio.
Empecé a caminar de lado a lado, como si fuera un péndulo hipnótico, mientras pronunciaba con mi voz monótona las frases de relajación.
Después de unos minutos ¡¡¡ TODOS se calmaron, prácticamente no hacían ningún movimiento y la mayoría estaban con los ojos cerrados !!!
Fue genial.
Mentalmente, junto con los niños, visitamos una playa, escuchamos el sonido de las olas tranquilas y sentimos el movimiento de la brisa en nuestras caras.
Vimos la Luna muy grande y brillante en el cielo nocturno.
Flotamos en el aire, en gravedad cero, rodeados de amigos, como si fuéramos unas burbujas transparentes de aire.
Si.
La parte final del taller fue todo un éxito.
Los chicos estaban muy contentos y luego me confirmaron que las clases de yoga pueden ser tanto divertidas, como muy agradables..
Y esto es lo que más me gustó.
NADIE estuvo ABURRIDO con LO QUE HACIAMOS en el taller.
Bueno, y ahora, la parte más conmovedora de mi historia.
Doy gracias nuevamente a la profesora por su iniciativa de que los niños expresaran en el papel sus impresiones de mi taller de yoga.
Al principio, solo quería publicar el texto de lo que escribieron.
Pero luego, me di cuenta de que solo el texto no transmite las emociones que ellos me dejaron en sus reseñas.
Por eso decidí a compartir absolutamente todo, aunque sin mencionar sus nombres…
Estas hojas de papel tienen mucho valor sentimental para mi, por que realmente pienso que los niños son unas criaturas muy sinceras cuando opinan de algo.

«Estoy aquí para ayudarte
a mantener una buena salud
y conservar lo que te hace feliz
en la vida.»
Lana Védas.
Creadora Método on-line Cronobioyoga.