Si has decidido practicar el yoga, seguramente te ha surgido la pregunta:
¿Cómo elijo un buen profesor?
Al inicio de mi camino en el yoga recorrí muchas escuelas y centros.
Se, que a un novato le resulta muy complicado elegir entre tanta variedad de estilos, sistemas y métodos de enseñanza.
De lo que estoy 100% segura es que en el yoga, independientemente de la escuela o estilo, es muy importante elegir un buen profesor o profesora.
Nunca me canso de repetir que el yoga es un sistema MUY FLEXIBLE.
El que se atreva a enseñarlo, lo hace de una manera PROPIA, tal y como lo ve o lo siente ÉL.
Ojalá el profesor se lo tome muy en serio y se sienta responsable de lo que hace, que no se estanque en lo conseguido y que siga formándose constantemente, potenciando sus habilidades.
Ojalá SEPA PONERSE EN EL LUGAR DE SUS ALUMNOS y enseñe SEGÚN LAS CAPACIDADES de cada uno de ellos.
¿Y si no es así?
Cualquier persona que ha estado practicando durante muchos años, sabe que el yoga es muy polifacético.
Detrás de la aparente simplicidad de ejercicios y prácticas se oculta el poderoso sistema que TRANSFORMA el cuerpo humano, el espíritu y la percepción del mundo.
En eso consiste la enorme complejidad de las enseñanzas de yoga.
A menudo lo comparo con la música.
¡ La música tiene sólo 7 notas !
¡ Pero es infinito el número de VARIACIONES que se puede crear con ellas !
¡ Muchos AÑOS tiene que ESTUDIAR Y PRACTICAR una persona para aprender a tocar !
Igual pasa con el yoga.
Hoy en día, la ciencia moderna nada más empezar (!) a investigar el yoga YA (!) ha descubierto los numerosos procesos fisiológicos que se activan con la práctica, mejorando la salud y extendiendo la longevidad de la vida (!).
Pero todavía NO EXISTE el método universal de yoga, tampoco hay un único sistema de preparación para los que lo enseñan
Esa es la causa de tanta confusión en las mentes de los profesores, especialmente recién iniciados.
Por desgracia, hoy por hoy es muy común encontrar a personas mal preparadas, que empiezan a enseñar SIN SER CONSCIENTES de toda la complejidad de esa disciplina.
¿Cómo valorar la profesionalidad en el yoga?
Voy a destacar cuatro criterios importantes.
¡ ATENCIÓN ! No quiero poner límites en tu mente.
¡ Cualquier regla tiene excepciones !
Voy a empezar con lo más importante:
1. Tus sensaciones
Observa tus sensaciones.
Después de la clase, al día siguiente y durante los 3 primeros meses.
Si inmediatamente después de la clase te sientes muy cansado, con mal humor, con apatía, al día siguiente aparece el dolor en las articulaciones, en la espalda etc., lo más probable es que te ha tocado un profesor que no enfoca correctamente la estructura de su clase o improvisa con frecuencia, no prepara las secuencias y da los ejercicios que le salen de ….la cabeza ( 🙂 )
Considero este criterio (tus sensaciones) el más importante, debido a que el método de yoga precisamente tiene que eliminar todo lo negativo – dolores, depresiones, estrés, etc.
Si no lo consigues, ya sabes,….a cambiar el profesor
Describiré las sensaciones “correctas” después de una clase de yoga bien preparada:
- A nivel mental: la mente despejada
- A nivel emocional: la sensación de purificación interior, alegría, satisfacción del trabajo físico bien realizado
- A nivel físico: como después de un buen masaje, pero un masaje más profundo (no en la superficie) como si te hubieran escurrido hacia un lado y hacia el otro, luego sacudido varias veces y finalmente te han dejado dormir una buena siesta ( 😉 )
Insisto otra vez TUS SENSACIONES ES LO MAS IMPORTANTE.
Si coinciden con las “correctas”, has elegido bien tu profesor de yoga, olvídate de los otros criterios.
2. La edad y la experiencia de la práctica individual
Por supuesto, es preferible elegir un profesor con la edad de “más de 30” y con experiencia.
Solo después de VARIOS AÑOS de la PRACTICA INDIVIDUAL es posible acercarse a la comprensión de CÓMO practicar el yoga.
Ningún curso teórico, por muy bien presentado que sea, puede transmitir a un joven yogui recién iniciado, toda la complejidad del sistema.
Insisto ¡ AÑOS DE PRACTICA INDIVIDUAL !
En consecuencia de lo dicho anteriormente, puedo decir que los monitores de 18-25 años NO me transmiten mucha confianza (me refiero a los casos en los que el monitor NO sigue a las estrictas instrucciones del maestro con experiencia)
Yo misma empecé a practicar a los 19 años y recuerdo perfectamente mis intentos caóticos y desastrosos en el yoga.
El principal “problema” (para enseñar) de los profesor@s jóvenes, es su cuerpo.
Como todavía es joven y fuerte, es capaz de aguantar con facilidad el esfuerzo físico en las posiciones (asanas) extremas.
Sus músculos y articulaciones pueden recuperarse rápidamente de las lesiones y traumas.
A menudo, los alumnos de estos profesores jóvenes intentan alcanzar el nivel de su “gurú” y sufren sobrecargas innecesarias.
Peor aún, cuando en las clases se fomenta la competición, quien consigue mayor amplitud en las posturas, aguanta más tiempo, hace “el nudo” ( 😯 ) más fuerte con el cuerpo, etc.
Otro “punto flojo” de los yoguis jóvenes es el “famoso” egocentrismo de los veinteañeros, el deseo de demostrar al mundo que el niño ya ha crecido, ya lo sabe todo y más aun en el yoga……
La soberbia no favorece a una buena enseñanza, un joven maestro con el EGO hinchado no suele estar muy atento a sus alumnos, tiende a demostrar al “público” sus dotes de flexibilidad y fuerza, sin preocuparse demasiado COMO LO HACEN LOS DEMÁS.
3. Súper Flexibilidad
Estos últimos años el yoga está muy de moda. Y a menudo, lo empiezan a enseñar los ex acróbatas, bailarines o gimnastas.
Estas personas, entrenadas desde la infancia, desarrollan una gran flexibilidad y la movilidad en las articulaciones.
Los niveles tan altos de preparación física no son alcanzables para las personas que no se dedicaban a este tipo de actividades desde la niñez.
Estos ex deportistas, acostumbrados a trabajar con su propio cuerpo, en la mayoría de los casos no creen que necesiten una preparación adicional en el yoga.
Por lo tanto, buscan alguna información en Internet para conocer el ASPECTO de los asanas y, sin pensárselo dos veces, se ponen a dar clases.
Acostumbrados al sacrificio diario en el deporte y a las competiciones, empiezan a exigir lo mismo de sus alumnos.
Su método consiste en soportar la sobrecarga, alcanzar mayor amplitud y el aguante en los asanas.
¡ OJO ! En el yoga este enfoque es muy peligroso, una persona no preparada puede acabar con lesiones graves.
En las obras fundamentales se describe claramente uno de los principios básicos de Yoga.
Se llama AHIMSA – NO violencia.
Es una parte del primer “escalón” (Yama) hacia la cima del desarrollo personal.
Ahimsa entre otras cosas se refiere a la NO VIOLENCIA HACIA TU PROPIO CUERPO.
Una práctica “bruta”, sin consideración de los niveles de alumnos, no es Yoga.
¿Cómo detectar a un ex….?
Preguntar directamente no resulta muy cómodo, sobre todo, si entras por primera vez a su clase.
Te doy 3 pistas:
1 – Los ex gimnastas, bailarines o acróbatas suelen tener el puente del pie muy arqueado
- Tienen la costumbre de estirar mucho los pies en los asanas
- Tienen una gran flexibilidad, especialmente en inclinaciones hacia adelante y hacia atrás
Lo de la flexibilidad te puedo decir, que los maestros con mucha experiencia también suelen tenerla, pero es más bien el “efecto secundario” de yoga, NO el principal propósito. Y desde luego también es el resultado de muchos-muchos años de entrenamientos.
4. Atención a los alumnos en clase
¡ Un criterio importante para elegir bien tu profesor de yoga !
Si el profesor esta «abstente» de CÓMO practican sus alumnos y NO corrige a nadie es una razón seria para alertarse.
En algunas asanas es imposible (o muy difícil) transmitir en palabras los detalles de la ejecución, por lo que a menudo es necesario acercarse a la persona y corrigiéndole mostrarle CÓMO hacerlo CORRECTAMENTE.
Este momento de interacción es INEVITABLE y NECESARIO en el proceso de enseñanza presencial.
Si tú observas que el profesor nunca lo hace, es una clara señal de su incompetencia.
5. NO informa que NO se puede soportar el dolor en los asanas
Es especialmente característico para los ex gimnastas, bailarines o acróbatas.
Y, por desgracia, es bastante común entre los adeptos de las escuelas “intensas” de yoga.
El principal peligro de este enfoque es un fuerte impacto sobre las articulaciones.
Especialmente en los asanas estáticos.
Si las articulaciones no están preparadas, se puede producir una LESION IRREVERSIBLE.
Es decir ¡ PARA TODA LA VIDA !
Para concluir este artículo quiero subrayar una vez más, que estos criterios no deben limitar rígidamente tu elección de profesor de yoga.
Lo principal y lo más importantes son TUS SENSACIONES DURANTE Y DESPUÉS DE LAS CLASES.

«Quiero que mi experiencia y mis conocimientos te sirvan en el camino hacia una vida más larga y sana.»
Lana Védas.
Creadora Método on-line Cronobioyoga.
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