
El yoga confunde.
Y no solo a los principiantes, sino también a los practicantes experimentados.
Esto ocurre en dos niveles de percepción.
Por el primero pasa la mayoría de los novatos.
Cuando una persona empieza con el yoga, muchas de las posturas básicas le parecen muy simples y fáciles de ejecutar.
He aquí dos ejemplos de esos.
Paschimottanasana
y
Virabhadrasana
Parecen muy simples ¿Verdad?
Sin embargo, estas posturas están lejos de ser triviales.
No voy a entrar en muchos detalles.
Solo diré, que la primera, si se realiza de forma inadecuada, puede causar lesiones tan graves como hernia discal (lee mi artículo «Cómo agacharse correctamente para prevenir dolor de espalda lumbar»).
La segunda, puede dañar seriamente las rodillas (artículos «Cómo proteger las rodillas practicando el yoga. Algunos ejemplos de asanas.» y «Como proteger tus rodillas practicando el yoga. Segunda parte. Domando la gravitación en Virabhadrasana (pose del guerrero)») o los hombros….
El segundo nivel de confusión, es típico para yoguis más experimentados.
Lo llamo el efecto de «conejo cocido» 🙂 .
Se conoce un experimento mítico realizado por científicos despiadados 👿 .
Su esencia radica en el hecho de que si pones un conejo vivo en agua a temperatura ambiente, y luego comienzas a aumentar la temperatura gradualmente, la adaptación se produce tan insensiblemente, que el pobre animal acaba hirviendo sin darse cuenta.
En el yoga existe un efecto similar.
Cuando un practicante llega al nivel en el que puede mantener la mayoría de las posiciones durante un largo tiempo sin resoplar 😉 y sudar del esfuerzo, transforma su percepción sensorial del cuerpo.
Le resulta bastante difícil hacer el seguimiento del umbral seguro y captar sus propios límites para las amplitudes.
Es especialmente peligroso para las articulaciones.
Cuando el cuerpo se adapta a una pose “sofisticada”, existe cierta insensibilidad corporal.
Lamentablemente es la causa principal de traumas tan graves como esguinces, luxaciones, roturas de tejidos, hernias discales etc…
Un yogui “demasiado insistente” puede acabar lesionado para toda la vida.
Y es que el yoga en realidad es un sistema muy flexible.
Se pueden adaptar los ejercicios a cualquier nivel y capacidad del practicante.
PERO.
La realidad DICTA que para aprender CÓMO realizar los asanas aparentemente «simples» CORRECTAMENTE y sin riesgo para salud, a veces se necesitan AÑOS de entrenamiento preparatorio.
El yoga para personas “normales”, NO superflexibles, consiste en el enfoque INDIVIDUAL, cuando la dificultad aumenta gradualmente, dependiendo del estado INICIAL.
Lo más importante es SABER 😎 CUALES SON LAS ETAPAS preparatorias, para no traumatizarse por el camino.
Yo pasé por un montón de escuelas y practiqué diferentes estilos.
Esta experiencia me permitió elegir un camino intermedio y aprovechar lo más valioso de cada escuela qué conocí.
Por ejemplo, del yoga Iyengar me encanta el uso de algunos materiales de ayuda (los props) y entrada gradual a cada asana.
En Ashtanga Vinyasa los elementos dinámicos para compensar cargas estáticas.
En Dhirendra Brahmachari algunos detalles de ejecución de asanas y prácticas energéticas, desconocidas en Occidente.
Etc.
Por supuesto, preveo algunas evaluaciones escépticas de este artículo.
Especialmente de los yoguis jóvenes y todavía 😈 sanos.
Pero, dice el proverbio «Mas sabe el diablo por viejo que por diablo”.
La sabiduría popular no puede errar.
En estas cortas pero certeras frases está cifrada la experiencia centenaria de observaciones experimentales.
Así que, créeme.
En el yoga es así:
Quien camina despacio, llega más lejos.

«Estoy aquí para ayudarte
a mantener una buena salud
y conservar lo que te hace feliz
en la vida.»
Lana Védas.
Creadora Método on-line Cronobioyoga.
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